Škoda Auto pisa el acelerador hacia la sostenibilidad adoptando un nuevo combustible más limpio: el HVO, también conocido como aceite vegetal hidrotratado. Este biocombustible de última generación no solo se utilizará como combustible inicial en sus modelos diésel recién salidos de fábrica en la República Checa, sino también para alimentar toda su flota logística. Sí, los camiones de Škoda también se apuntan a la revolución ecológica.
El HVO tiene truco (del bueno): se produce a partir de residuos, como aceites de cocina usados o grasas vegetales y animales, mediante un proceso químico de hidrogenación. Esto significa que no compite con la agricultura por tierras de cultivo, a diferencia del biodiésel tradicional. Resultado: un combustible más sostenible, más limpio y con menos impacto ambiental. Todo esto llega de la mano de ČEPRO, la empresa estatal checa que suministra este oro líquido ecológico.
¿Qué hace especial al HVO?
Este biocombustible no solo es respetuoso con el planeta, sino que también es todo un prodigio técnico: es transparente, casi inodoro y tiene un índice de cetano de 70 (frente a los 51 del diésel fósil). ¿Qué significa eso? Mejor combustión, menos emisiones contaminantes y un motor que suena más suave, sobre todo en los diésel veteranos. Además, el HVO está libre de azufre y compuestos pesados, por lo que ayuda a reducir las partículas y alarga la vida del filtro de partículas diésel (DPF).
Lo mejor: se puede usar puro o mezclado con diésel convencional. Vamos, que no hay excusas para no dar el salto.
¿Tu Škoda es compatible con HVO?
Si tienes un Škoda diésel fabricado a partir de la semana 25 de 2021 (modelo 2022 en adelante), estás de suerte: ya viene homologado para funcionar con HVO. ¿Cómo saberlo? Mira la tapa del depósito: si lleva el símbolo XTL, estás listo para repostar este combustible verde. Para modelos más antiguos, lo mejor es consultar con un concesionario autorizado Škoda.
Škoda Auto acelera hacia el futuro verde
El uso del HVO es solo una parte del plan de Škoda para alcanzar la neutralidad de carbono en todas sus plantas en la República Checa e India para 2030. Ya lo han conseguido en la fábrica de Vrchlabí desde 2020, y ahora van a por todas con la transformación de la planta de calefacción de Mladá Boleslav. Una vez que funcione completamente con biomasa, se reducirán las emisiones de CO₂ en 290.000 toneladas al año. Casi nada.
Škoda Auto demuestra que no hace falta renunciar al diésel para ser más sostenible. Con decisiones como esta, el fabricante checo da un paso firme hacia una movilidad más responsable y un futuro más limpio.