Triumph ha dado un salto de gigante aumentando y mejorando la versatilidad de su gran apuesta, los motores de tres cilindros. La Tiger Sport se presenta como la alternativa premium en el competitivo segmento de las trail asfáticas o sport turismo de media cilindrada.
Una estética desenfadada y minimalista, acabados de primera calidad y un motor heredado de la última incorporación, la Trident 660, que se presenta como el único en equipar tres cilindros en su categoría.
Su estética rezuma deportividad, sobre todo en un frontal incisivo con líneas que bajan para afilar su doble óptica y que recuerda a las sport turismo de principios de siglo, aunque con un toque más “trail”. También cabe destacar su pantalla protectora moldeada bien acoplada al carenado de la moto, tenemos posibilidad de ajustar su altura con una sola mano.
En el lateral vemos esa transición entre el frontal trail y la trasera naked, con un depósito prominente adornado por el llamativo color rojo del modelo. La zona de unión entre el asiento y el depósito es muy estrecha favoreciendo así poder llegar bien al suelo sin ser altos. El asiento viene presentado en dos alturas muy diferenciadas y está forrado en una piel muy cómoda y fácil de limpiar, las cuatro estriberas se encuentran en una posición bastante cómoda sin necesidad de doblar la rodilla en exceso.
La zaga nos recuerda mucho a la Trident, y es que comparten piloto trasero y estilo de trasera corta y elevada, en el caso de la Tiger contamos con unos grandes asideros de color plata.
Las ruedas cuentan con dimensiones propias de cualquier moto asfáltica, 120/70-R17 en la rueda delantera y 180/55-R17 para la rueda motriz y para la frenada han confiado en Nissin para equipar una pinza de doble pistón con discos de 310 mm en la rueda anterior y una pinza de un solo pistón con disco de 255 mm en la rueda posterior.
Su puesto de pilotaje es minimalista, con la botonería justa para manejar la información de un cuadro de instrumentos que presenta una forma ovalada, tecnología LCD en dos pantallas diferenciadas donde encontraremos toda la información, parámetros ajustable de modos de conducción, datos del viaje y todo lo necesario siendo accionado desde las cuatro flechas de la piña izquierda.
Olvidando modas y tendencias vintage y off-road, Triumph ha creado un modelo equilibrado, con garra y una estética conservadora para poder llegar a un público más amplio.
Entrando por la puerta grande, todos sabíamos que si Triumph entraba en el segmento de las trail asfálticas de media cilindrada lo haría con un modelo exclusivo y diferente a todos.
PRUEBA EN CIUDAD
¿Valdrá para ciudad?
La respuesta es sí, su peso homologado es de 206 kg, nada mal para la tipología que estamos probando. Su reparto de pesos es correcto y nos permite manejarnos bien entre el tráfico a ritmo lento, además, su acelerador electrónico dosifica de manera óptima el control del gas para dar la fuerza justa y precisa necesaria en ciudad. El acelerador electrónico también nos permite contar con dos modos de conducción, con un modo Rain en el que la respuesta del acelerador es más suave y progresiva, todo un placer para la conducción técnica y precisa.
El consumo en ciudad se mantiene a raya sin superar los 5 litros, sorprendente para un motor tricilíndrico con 81 caballos y un par de 64 Nm a 6.250 revoluciones. Para aquellos que necesiten almacenar cosas en la moto, tendréis la opción de equipar dos maletas para mayor confort tanto en ciudad como en viajes.
Cabe destacar la calidad de la pequeña pero útil instrumentación, con una legibilidad muy buena y un brillo de primer nivel, entre otras, podremos ver el consumo instantáneo, el consumo medio, cuentakilómetros parcial, etc.
La potencia de frenado es sobrada, el pedal trasero es sensible pero fácil de asimilar y su frenada delantera es contundente y dosificable, con un ABS muy poco intrusivo.
La tecnología equipada también afecta a toda su iluminación, desde sus intermitentes, luz de posición y su genial óptica delantera que ofrece un haz de luz amplio, blanco y potente, casi insuperable.
Si vamos a llevar acompañante debemos tener en cuenta la gran altura de su asiento, con un acceso complicado y una superficie limitada.
PRUEBA EN CARRETERA
Las motos se prueban en movimiento y la Tiger pide carretera. Su bloque de tres cilindros entrega su potencia de manera lineal y con garra desde muy bajo régimen acompañado de un rugido que va mejorando según sube la aguja del cuentarrevoluciones. La posición de conducción es relajada para facilitar los grandes trayectos, las estriberas tienen una posición cómoda con poca flexión de rodilla. Su comportamiento en autovía es dócil y animada, permitiendo mantener una velocidad de crucero holgada y con márgen para adelantamientos o incorporaciones ayudada por un chasis tubular de acero muy estable y rígido y unas suspensiones Showa con horquilla invertida y barras de 41 mm con recorrido de 150 mm, y un monoamortiguador central regulable en la parte trasera.
En carreteras secundarias es muy efectiva, la suspensión es estable y no tambalea en exceso ni con cambios de dirección ni con frenadas fuertes, va sobre raíles.
Echamos en falta la incorporación del asistente de cambio Quickshift para una mayor efectividad y descanso a la hora de afrontar curvas y subidas y bajadas de puertos. Pese a eso, el cambio está muy bien escalonado, con una tercera marcha con la que experimentamos toda su fuerza y par siempre bajo control.
El asiento es mullido y tiene una altura relativamente baja, con 835 mm hasta el suelo, para llegar suficientemente bien midiendo más de 1,70 m. En los largos trayectos comprobaremos que el confort es suficiente.
A ritmos legales su consumo en carretera es de 4,5 litros, por lo que conseguiremos una autonomía total de 380 kilómetros gracias a su tanque de 17 litros.
VIDEO PRUEBA en YouTube
¿QUÉ NOS HA GUSTADO?
- Diseño deportivo
- Caracter del motor
- Calidad de acabados
- Iluminación
¿QUÉ SE PUEDE MEJORAR?
- Integración del Quickshift
- Asiento del pasajero
VEREDICTO FINAL
La marca inglesa cuenta con una gama muy amplia que abarca todos los segmentos del mercado. Faltaba por llenar el hueco de las sport turismo y han dado en el clavo con un modelo con garra y confort, con un motor divertido y dócil que entrega con alegría sus 81 caballos y un rugido típico de los tres cilindros de Triumph que enamora desde el arranque.
La Tiger Sport ha llegado por la puerta grande subiendo el nivel de un segmento de acceso pero no por ello generalista.
IMÁGENES DISPONIBLES DE LA MOTO PROBADA
En todo nuestro proceso de prueba, realizamos una serie de galería de imágenes de la moto probado para que podéis descargar en vuestro dispositivo, muchas gracias por leernos!
Nuestra valoración
