Si pensamos en berlinas premium es probable que nos venga a la mente la marca de la estrella y un ejemplo puede ser el invitado de esta semana.
La clase C de Mercedes vió la luz en 1993 como sucesor natural del mítico 190, se presentaba como la berlina de acceso de la marca pero con la distinción de una insignia referente en el mercado del lujo europeo. Sus generaciones posteriores siguieron la filosofía distinguida y deportiva de la primera pero sabiendo adaptarse a los gustos de los clientes y al avance tecnológico.
Un clase S en miniatura, la sensación de un tamaño mayor se debe a unas proporciones casi perfectas
Análisis exterior e interior
Todo el conjunto emite una sensación muy alta de exclusividad pero analicemos un poco más en profundidad la estética del C300.
El frontal cuenta con una voluminosa parrilla en forma de boca triste que, con su acabado AMG cuenta con pequeñas estrellitas en su entramado acompañando a la gran estrella central. Por detrás y muy escorados nos encontramos unos faros pequeños y redondeados, suaves y muy horizontales comparados a generaciones anteriores. El paragolpes delantero continúa unas líneas curvas y suaves que le hacen parecer un coche sin mucho carácter, es el Clase C más suave de la historia.
En el lateral observamos el trabajo por parte del equipo de diseñadores del Mercedes para crear una berlina con mucho acento coupé, en la que la caída de techo se inicia en el pilar B y se va acrecentando según se aproxima a la zaga. Estas formas juegan con nuestra mente y nos generan una sensación compacta que choca directamente con su similitud de formas con el Clase S. Sus llantas no llegan a transmitirme lo que antaño suponían unas llantas AMG, esa menor superficie libre, justificada por la mejor eficiencia aerodinámica me deja frío, aún así el diseño nos recuerda mucho a la originales de 5 radios.
En la trasera vemos el cambio radical de la esencia de la marca, en generaciones anteriores siempre se ha apostado por líneas verticales y pilotos en posición ascendente y vertical. En esta nueva era se termina esa filosofía, todo es horizontal, todo ocupa al máximo el plano de la X. Las ópticas ocupan gran superficie lateral y están muy estilizadas, también entran mínimamente en un portón bien formado, con líneas acordes al conjunto y que crea en su parte superior un pseudo alerón jugando con las líneas de caída que vienen marcadas por la luneta trasera.
El parachoques trasero mantiene unas líneas de tensión leves y suaves, remarcando la zona del difusor y las salidas laterales falsas de aire, el ya mencionado difusor es sofisticado y sin alardes de deportividad y acompaña a las dos zonas cromadas donde deberían ir las salidas de escape.
En el interior respiramos un ambiente distinguido donde, como en la gran parte del mercado, ganan presencia las pantallas, pero en Mercedes no es igual, el color también es protagonista, tanto en pantallas como en todas las superficies de salpicadero y puertas, toda una demostración, incluso hortera, de lo que se puede hacer con unas tiras de led.
El salpicadero también sigue la línea suave del exterior, sin vértices, todo fluye y encaja a la perfección. Lo único que no cuadra es la situación tan baja de la pantalla central, pese a su descomunal tamaño, tendremos que distraernos para manejar el equipo multimedia o el menú de climatización.
El volante tiene unas formas y un grosor ideales para un buen agarre. Está forrado en cuero napa y tiene microperforaciones para conseguir un tacto más agradable y deportivo.
El confort absoluto lo encontramos en los asiento delantero, con unas formas envolvente con la sujeción y mullido necesarios para recorrer trayectos largos, todo su ajuste es eléctrico y nos permiten encontrar nuestra posición ideal en dos toques de botón.
Los materiales encontrados son, obviamente de una alta calidad y terminación en las zonas accesibles y visibles de paneles y salpicadero, en cambio, las zonas bajas siguen siendo igual de austeras que en modelos generalistas.
La fila trasera ofrece un espacio amplio y confortable, con una banqueta que sujeta suficientemente bien las lumbares y que ofrece un mullido correcto para largos viajes. El espacio para las piernas es correcto y la cabeza no tendrá complicación si medimos menos de 1,80 m, en definitiva, es un espacio ideal para dos adultos de estatura media.
Y dejamos para lo último una de sus mayores pegas ocasionada por una de sus mayores virtudes, el maletero. Bajo el piso nos encontramos las baterías del sistema híbrido enchufable, por lo que se reduce bastante la capacidad del maletero, siendo levemente superior a la de un Toyota Yaris, 315 litros, limitado, además, por la boca de carga típica de un sedán de 4 puertas.
PRUEBA DINÁMICA
Vuelve lo enchufable a nuestro garaje y lo hace con pretensiones, garantizando, sobre el papel, más de 100 km de autonomía en modo eléctrico. Ya advertimos que es improbable llegar a esa cifra en condiciones normales, pero Mercedes apuesta fuerte por esta motorización.
Un total de 313 caballos de potencia mueven a esta berlina media de cerca de dos toneladas combinando sus 204 caballos de combustión con los 129 del motor eléctrico, logrando un par motor de 550 Nm, toda una bala si nos lo proponemos.
Se trata de un vehículo de tracción trasera 100%, lo que nos permite experimentar una conducción con garra y sensación de deportividad pese a ser un coche destinado al confort y los trayectos largos.
Como buen coche tecnológico, podremos optar por infinidad de ajustes y personalizaciones para adaptar el coche a nuestras necesidades, regulando suspensión, dirección, respuesta del motor y todo lo que nos imaginemos mediante los modos de conducción.
Recorriendo el entorno urbano en modo eléctrico es una delicia, la insonorización y la suavidad de conducción hace fácil recorrer la jungla de asfalto, la suspensión filtra muy bien los baches y resaltos que encontremos y se adapta bien a todos usos.
Si salimos a carretera pondremos al C300 E en su hábitat natural, sobre todo si es autovía, en carretera demuestra la diferencia que marca la insignia de la estrella, todo funciona bien y solo tendremos que disfrutar del trayecto. Su puesto de conducción es inmejorable, con una visibilidad buena y un confort aportado por un asiento ergonómico de calidad, su ajuste es óptimo y la postura conseguida es ideal para no acumular fatiga durante el viaje.
Una de sus ventajas frente a sus rivales es su cargador integrado de 11 kW que nos permite cargar nuestro Mercedes en cargadores públicos en un tiempo medio de unas dos horas.
Su batería de 25,4 kWh es muy apropiada y podremos recorrer una media cercana a los 80 km en condiciones normales y con uso de ciudad y carretera, ahorrándonos unos euros al trayecto.
El motor de combustión es un cuatro cilindros 2.0 de cubicaje que nos permitirá recorrer un total de 600 km, su consumo puede rondar los 6 litros cada 100 km, aunque dependerá mucho de nuestra manera de conducir.
VIDEO PRUEBA en YouTube
¿QUÉ NOS HA GUSTADO?
- Carácter del diseño
- Motorización
- Interior tecnológico y lujoso
¿QUÉ SE PUEDE MEJORAR?
- Opciones de carga en movimiento
- Ubicación de la pantalla de infoentretenimiento
- Precio
IMÁGENES DISPONIBLES DEL VEHÍCULO PROBADO
En todo nuestro proceso de prueba, realizamos una serie de galería de imágenes de la moto probado para que podéis descargar en vuestro dispositivo, muchas gracias por leernos!
Nuestra valoración
Veredicto Final
