Hace cincuenta años, la planta de Rosslyn se convirtió en la primera instalación extranjera del Grupo BMW, marcando el inicio de la globalización de la compañía. Desde entonces, esta planta ha sido un pilar fundamental en la red de producción mundial del Grupo BMW. Para celebrar su 50 aniversario, Milan Nedeljković, miembro del Consejo de Producción de BMW AG, anunció un emocionante cambio hacia la electrificación en la planta de Rosslyn.
En un evento en Sudáfrica, Nedeljković reveló que a partir de 2024, la planta de Rosslyn fabricará el BMW X3 como un híbrido enchufable destinado a ser exportado a nivel mundial. Esta transformación requerirá una inversión de 4.200 millones de rands (más de 200 millones de euros) que preparará la Planta Rosslyn para la producción de vehículos eléctricos. Además, más de 300 empleados de la planta recibirán formación especializada para asegurar una transición exitosa hacia la electromovilidad.
La decisión de electrificar la planta de Rosslyn forma parte del plan maestro global BMW iFACTORY, que tiene como objetivo desarrollar una producción eficiente, digitalizada y sostenible en recursos para el futuro.
A lo largo de sus 50 años de historia, la planta de Rosslyn ha producido más de 1,6 millones de vehículos y los ha exportado a más de 40 países en todo el mundo, incluyendo 14 naciones africanas. Ha sido responsable de la fabricación de modelos emblemáticos como los BMW 1800 SA, BMW 2000 SA, BMW Serie 5, BMW Serie 7, y desde 2018, el BMW X3, que se ha convertido en el modelo más vendido de la marca.
El Grupo BMW ha destacado su compromiso con la responsabilidad social en Sudáfrica, y Nedeljković enfatizó que han demostrado el significado de la responsabilidad social durante sus cinco décadas en el país. Además de proporcionar empleo e impulsar la industrialización, el Grupo BMW anunció una donación de más de 1,5 millones de euros para apoyar un programa dirigido por UNICEF. Esta iniciativa tiene como objetivo enseñar ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM) a miles de niños y jóvenes sudafricanos, mostrando así su compromiso con la educación y el desarrollo de la comunidad.
Además de su enfoque en la responsabilidad social, el Grupo BMW también se ha esforzado por abordar la cuestión de la conservación de recursos en la planta de Rosslyn. Desde 2015, la planta ha obtenido parte de su energía de una planta de biogás cercana, reduciendo significativamente su huella de carbono. También colabora con diversas organizaciones para reutilizar los residuos producidos en el proceso de fabricación. Un ejemplo es el proyecto con Envirolite, que ha permitido la construcción de más de 650 casas de bajo coste utilizando chatarra de poliestireno reprocesada.
Sudáfrica también desempeña un papel crucial como mercado piloto de innovaciones para el Grupo BMW. Además de la planta, la compañía ha establecido oficinas para su centro mundial de informática, empleando a unos 2.000 profesionales que prestan servicios globales a la empresa. Gracias a su tamaño y características específicas, Sudáfrica ha sido un lugar idóneo para probar nuevas ideas y proyectos, como las ventas directas con socios comerciales, que han enriquecido la experiencia premium ofrecida a los clientes del sector automotriz.
