La historia de Citroën es extensa y llena de éxitos, innovación y fracasos. Nada de esto es negativo ya que el objetivo principal de la marca francesa ha sido siempre innovar, salirse de lo establecido y ese riesgo puede salir bien o mal.
Hoy en día sabemos que las marcas no asumen riesgos, se comparten motores, plataformas e incluso diseños con el fin de crear productos vendibles, forma parte de la era que vivimos, sin riesgos abarcamos más público pero menos pasionales.
Dejando de lado este detalle, en Citroën siguen manteniendo el espíritu de crear modelos diferentes, con pequeños detalles que los hagan únicos y el C4 X es un claro ejemplo.
VIDEO PRUEBA en YouTube
La presentación del C4 X se hizo en Madrid, el motivo es que se fabrica en la planta de Stellantis del madrileño barrio de Villaverde.
Su diseño se hace notar, berlina de 3 volúmenes, con aspecto Suv y toques deportivos, toda una declaración de intenciones.
Análisis exterior e interior
Nada más entrar a su interior no podemos negar estar dentro de un Citroën, su salpicadero es compartido con el C4 compacto y su diseño tiene ese aire francés con diseños atrevidos pero prácticos y con materiales generalistas pero bien rematados.
El salpicadero cuenta con gomas de diseño entramado y elegante que se adapta muy bien al formato de las salidas de aireación decoradas con un negro piano demasiado presente tanto cerca de las pantallas como en la consola central.
Su volante tiene un diseño sobrio y con los botones justos para su funcionalidad, con un tercer radio inferior que recuerda a aquellos volantes clásicos de un solo radio.
La zona inferior de salpicadero y paneles de las puertas tiene un plástico duro que al tacto se hace algo rugoso y poco confortable, suerte que no tocamos habitualmente en esas zonas. Nuestros codos pueden estar tranquilos, tanto delante como detrás encontramos piel mullida.
Los asientos son marca de la casa, con formas suaves y con poco agarre pero muy cómodos y con ajuste manual.
En las plazas traseras encontramos buen espacio para dos adultos, con una plaza central algo más dura en el respaldo debido a la existencia del apoyabrazos.
El maletero cuenta con una capacidad mínima que supera los 500 litros, teniendo en cuenta sus 4,6 metros y su formato de berlina es una cifra más que aceptable, la parte negativa es su apertura, es un 4 puertas, por lo que la luneta trasera no se abre y su boca de carga queda sustancialmente limitada.
Analizando el exterior, seguimos percibiendo ese interés de la marca por salirse de lo establecido, su estética es llamativa y rompe con lo que esperamos de un suv, la sensación de berlina y los músculos aportados por sus pasos de rueda sobredimensionados combinan de manera exitosa para girar los cuellos de los transeúntes a su paso.
El frontal es el mismo que tiene el C4, presidido por el logotipo que extiende sus líneas para abrazar su doble óptica partida, principal seña de identidad de la marca en la actualidad.
El paragolpes cuenta con líneas marcadas y agresivas y combina el color de la carrocería con un negro más sufrido para la parte inferior y que veremos en todo el perímetro.
Su vista lateral es su punto fuerte, los ya mencionados pasos de rueda y sus llantas de 18 pulgadas le aporta fortaleza a una línea superior estilizada.
La zaga es sencilla, con unas ópticas tridimensionales y alargadas que abarcan parte del lateral y en su tapa de maletero vemos el logo y la palabra “Citroën” en posición central, dejando a un lado y con menos presencia el nombre del modelo. La parte inferior cuenta también con el plástico negro y con un difusor en negro brillo para enfatizar la garra que aporta la doble salida de escape real
PRUEBA DINÁMICA
¿Es suficiente el motor de 130 caballos para el C4 X? La respuesta es sí, pero con matices. Primero debemos tener en cuenta la filosofía de la marca, centrada en el confort de marcha y los ritmos calmados. Todos los modelos de la marca cuentan con motores pequeños, algunos de ellos de tres cilindros, como el de la prueba que nos ocupa, buscando consumos bajos y pesos contenidos.
La potencia es suficiente para el uso diario, el bloque está asociado a una caja automática de ocho velocidades. Sus reacciones son tranquilas y la caja de cambios no es fugaz, debemos pensar bien cambios de ritmo adaptándonos a sus tiempos para no quedarnos colgados, en poco tiempo te haces uno con el coche y se conduce de manera sencilla y cómoda.
Su puesto de conducción nos permite tener una buena visibilidad a excepción de la luneta trasera, con poco campo vertical.
Su frenada es natural, gracias a su no dependencia a regeneradores de energía visibles en coches híbridos y eléctricos.
El consumo durante la prueba ha rondado los 6 litros cada 100 kilómetros, teniendo en cuenta que es gasolina, es una cifra óptima. Podremos alcanzar una autonomía real cercana a los 700 kilómetros antes de entrar en reserva.
¿QUÉ NOS HA GUSTADO?
- Diseño rompedor
- Interiores bien ajustados
- Habitabilidad
- Consumo contenido
¿QUÉ SE PUEDE MEJORAR?
- Velocidad de la caja de cambios
- Accesibilidad del maletero
IMÁGENES DISPONIBLES DEL VEHÍCULO PROBADO
En todo nuestro proceso de prueba, realizamos una serie de galería de imágenes de la moto probado para que podéis descargar en vuestro dispositivo, muchas gracias por leernos!
Nuestra valoración
Veredicto Final
Citroën se resiste a caer en las redes actuales de la simpleza y la falta de originalidad. Lo demuestra con toda su gama y especialmente con el C4 X, un modelo inclasificable pero que llama la atención y aporta el músculo y la presencia que falta hoy en día en el mercado.
El porte de un suv, la elegancia de una berlina y la sencillez compleja de un interior moderno y funcional son sus más destacadas aptitudes para que lo elijas como tu próximo coche.
Espacio, eficiencia y estilo por poco más de 30.000 € en su acabado más premium.
