Si bien todas las marcas están apostando por vehículos eléctricos en su gama, no todos tienen claro que estos sean la solución a largo plazo para los problemas de movilidad del Siglo XXI.
El cambio climático ya es una razón de peso para los clientes a la hora de comprar coches, así como las restricciones medioambientales impuestas a golpe por los gobiernos. Este hecho ha llevado a las marcas a vender múltiples opciones electrificadas como híbridos, híbridos enchufables, microhíbridos o directamente eléctricos.
Sin embargo, estos coches siguen presentando un gran problema, pese a llevar ya bastantes años en el mercado. Las baterías presentan un límite a la hora de cargar de manera rápida, así como también a la hora de entregar energía de manera eficiente y poder recorrer grandes distancias con una sola carga. Además de variar y con mucho la autonomía real en función de las condiciones climáticas.
Por ello, las grandes mentes pensantes de la industria han puesto a funcionar sus ordenadores cuánticos montados encima de sus hombros para brindarnos una solución del agrado de todos. Esta solución recae en el uso del Hidrógeno como fuente de energía, bien como combustible como la gasolina o el diésel, o bien como generador de electricidad.
Marcas como Toyota o Hyundai ya tienen a la venta vehículos de pila de Hidrógeno. Es decir, emplean el hidrógeno para generar electricidad en un proceso llevado a cabo en la denominada pila de hidrógeno. Esta pila consta de un ánodo, un cátodo y un electrolito entre ambos, donde se genera una reacción química que da como resultado la obtención de electricidad
A través del ánodo se suministra el hidrógeno, haciendo circular sus átomos a través de una membrana denominada PEM – Proton Exange Membrane – donde el hidrógeno pierde sus electrones. Cuando llegan al cátodo, reaccionan con el oxígeno del aire, uniéndose y generando como residuo agua. Es en este proceso donde la energía liberada por el paso de los electrones se aprovecha para generar electricidad y alimentar así a los motores eléctricos.
Esta tecnología, pese a estar ya desarrollada y ha mostrado ser una gran solución al problema de los vehículos eléctricos a batería, como es la demora en la carga o la poca autonomía, apenas se ha implementado en el mercado debido a su alto coste. Sobre todo, para producir hidrógeno.
Otro método de utilizar el hidrógeno es el que está desarrollando Mahle y Liebherr en conjunto, y Toyota por su parte.
Ambos métodos, pese a ser muy similares, están destinados a clientes muy distintos.
En este caso, el Hidrógeno es empleado como combustible que se emplea en un motor de combustión interna, tal y como los actuales que emplean gasolina o diésel.
Con varias modificaciones necesarias para la adaptación del hidrógeno, el principio de funcionamiento es el mismo. Se trata de inyectar hidrógeno en la cámara de combustión para que, en la combustión, la propia explosión genere movimiento en los pistones que lo transmite al cigüeñal y de ahí a la caja de cambios y a las ruedas.
Según ha comunicado Mahle, el hacer combustionar el Hidrógeno en un motor es complicado, pues es un material muy inflamable y necesita de mucha compresión para funcionar. La solución ha sido implementar una pre cámara justo encima de la propia cámara de combustión del cilindro donde se inyecta Hidrógeno y una bujía especial hace combustionar la mezcla de Oxígeno e Hidrógeno. Para que esta combustión funcione, la mezcla ha de ser pobre, es decir, con mucho oxigeno
Una vez ha pre combustionado la mezcla, ésta se esparce a través de unos orificios a la cámara de combustión donde el cilindro actúa como si de diésel se tratase. Al comprimir la mezcla ya calentada, esta explosiona y genera movimiento.
Los resultados obtenidos por Mahle y Liebherr son muy satisfactorios para ambas marcas, que piensan ya en su implementación en la industria pesada para motorizar grandes camiones, excavadoras y otras maquinarias.
Por parte de Toyota, siguen experimentando con su motor de tres cilindros de 1.6 litros de cubicaje, montado en un Corolla destinado a competición, donde terminarán sus ensayos de durabilidad y rendimiento con el fin de destinarlo a producción.
Si bien hemos hablado de su alto coste de desarrollo, esta “nueva energía” será la solución para nuestros problemas de movilidad que, poco a poco, irá reduciendo su coste gracias al desarrollo que está surgiendo. Además de conseguir un coste 0 de emisiones de CO2 y otros gases contaminantes gracias a su producción en base a energías renovables. Y no sólo se consiguen avances en el ámbito automovilístico, Airbus ha presentado recientemente sus próximos proyectos donde todos sus aviones funcionarán con Hidrógeno verde para poder seguir disfrutando de nuestras vacaciones sin contaminar en absoluto.