En un segmento donde cada coche parece competir a gritos por atención, el Škoda Scala es ese amigo silencioso pero muy competente al que pocos miran… hasta que lo conocen. Hemos pasado una semana con la versión 1.5 TSI de 150 CV y cambio manual, y lo cierto es que, entre trayectos urbanos, escapadas por carretera y alguna rotonda con brío, nos ha dejado un sabor de boca sorprendentemente bueno. ¿Te vienes a descubrirlo?
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El compacto checo que muchos ignoran… pero que deberían tener en el radar.
Análisis exterior e interior
Aunque la actualización del Scala 2025 no haya sido radical, sí ha dejado algunos toques interesantes que elevan su presencia. El frontal luce ahora más afilado, con líneas rectas que le dan carácter, una parrilla ligeramente más grande y faros Matrix LED con firma luminosa renovada. Sutiles, pero efectivos.
El perfil sigue fiel al diseño original, lo cual es bueno: es elegante, sin estridencias. Las nuevas llantas de 17 y 18 pulgadas (según el acabado) ayudan a darle un aire más fresco y moderno. Y si eres fan de la personalización, las nueve opciones de color exterior seguro que te lo ponen difícil para decidir.
En la parte trasera, los cambios son casi de lupa, pero los hay. Nuevo diseño para la firma lumínica, rediseño del paragolpes y las letras “ŠKODA” ahora lucen más estilizadas. En los acabados como el Monte Carlo, las letras en negro le dan un plus de deportividad que le sienta genial.
Por dentro, el Scala sigue demostrando que lo práctico y lo bien rematado no tienen por qué estar reñidos. Ha mejorado materiales, presenta nuevas tapicerías y una organización de mandos muy lógica. El módulo del climatizador ha recibido botones físicos para el caudal del aire (¡bravo, Škoda!), algo que muchos agradecerán en marcha.
La pantalla central de 9,2″ cumple, sin grandes alardes, pero con todo lo necesario: conectividad con Apple CarPlay, Android Auto y navegación fluida. La instrumentación digital opcional de 10,25″ es muy completa y configurable. Las plazas, tanto delanteras como traseras, ofrecen buen espacio, y el maletero… ¡una joyita con 467 litros, líder del segmento!
PRUEBA DINÁMICA
Vamos al grano: el 1.5 TSI de 150 CV con cambio manual le sienta como anillo al dedo a este coche. Es equilibrado, con punch suficiente para sacarte una sonrisa y sin pasarse de la raya en consumos. En ciudad se defiende bien, y en carretera abierta es una máquina tranquila pero capaz.
La caja de cambios manual es, contra todo pronóstico, una delicia. Precisa, con recorridos cortos y bien marcados. El tacto del embrague también está en su punto: firme, pero no molesto. Y eso se agradece en el tráfico urbano o en los tramos de curvas donde quieres sentir el coche.
La dirección tiene un peso justo, transmite bien y no cae en la sobreasistencia artificial. Aquí se nota que Škoda ha trabajado el conjunto para que el conductor se sienta parte de la experiencia y no solo un pasajero más. No es un coche deportivo, pero da confianza y es noble en reacciones.
¿Y el consumo? Sorprendentemente bueno. En nuestra semana de uso, la media fue de 5,3 l/100 km. En ciudad subió a los 6 l, y en autopista bajó sin problema de los 5 l. Gracias al sistema de desconexión de cilindros y el modo vela, el Scala se guarda un as bajo la manga cuando hablamos de eficiencia, todo sin sistema mild hybrid.
En cuanto al ruido… prácticamente nada molesto. El motor se hace notar solo cuando se le exige, y hasta en eso tiene un sonido agradable. A velocidades de autopista, el único pero sería el ruido de rodadura, algo más presente de lo ideal.
¿QUÉ NOS HA GUSTADO?
- Consumos reales muy ajustados
- Habitabilidad y maletero top en su segmento
- Cambio manual sorprendentemente preciso
¿QUÉ SE PUEDE MEJORAR?
- Diseño interior algo conservador
- Ruido de rodadura en vías rápidas
- Instrumentación digital opcional (no de serie)
Nuestra valoración
Veredicto Final
El Škoda Scala 1.5 TSI 2025 es una opción lógica, sensata… y con un puntito divertido si lo conduces con ganas. No es el coche que te entra por los ojos al primer vistazo, pero si le das una oportunidad, probablemente te conquiste con su equilibrio. Es práctico, eficiente, agradable de conducir y, sobre todo, honesto en lo que ofrece. ¿Y lo mejor? Que, como pasa con las joyas escondidas, su relación calidad-precio es de lo mejorcito del segmento.