En 2003 llegó al mercado un nuevo compacto desde Japón para luchar en el competido segmento liderado por los alemanes. Llegaba como relevo al 323 y se presentaba con un aumento notable de la calidad interior y nuevos motores.
Tras más de 20 años, llega a nuestro garaje la cuarta generación, que pese a ser presentada en 2018, tanto su diseño como sus motorizaciones están al día.
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El diseño del Mazda 3 es uno de los más trabajados y pensados del mercado actual, la armonía de sus líneas y el ADN de Mazda en cada ángulo son sus señas de identidad.
Sigue sorprendiendo la calidad de los materiales del habitáculo, la gente de Mazda sabe bien cómo hacer las cosas para que los usuarios del 3 se sientan como en casa.
Análisis exterior e interior
Su exterior es inconfundible, destaca su silueta lateral con un prominente morro y una cabina desplazada hacia atrás para formar una zaga “gorda” al más puro estilo hatchback.
El frontal cuenta con unas ópticas afiladas con luminaria circular con un efecto tridimensional que las sitúa por detrás de la prominente parrilla, la cual está adornada por un entramado cruzado en negro brillo y el logotipo de la marca en primer plano. El paragolpes carece de nervaduras exageradas y se limita a hacer fluir la luz.
Los pasos de rueda tampoco cuentan con adornos de tipo suv y están pintados en el mismo color de la carrocería, como las carcasas de los retrovisores.
Con el acabado Nagisa, tenemos de serie y como única opción las llantas negras de 18”, le sientan como un guante.
En la zaga destacan sus enfadados pilotos traseros con su característico diseño circular doble y en la parte baja, la ausencia de difusor nos la compensa la presencia de la doble salida de escape real, gracias Mazda.
El habitáculo rezuma calidad en cada elemento, el tacto de sus materiales es muy agradable y el mullido de los paneles de las puertas están a primer nivel. La sensación una vez sentados es algo agobiante debido a un salpicadero elevado y el diseño de las ventanillas traseras, también es cierto que, teniendo en cuenta las medidas exteriores del Mazda 3, nos da la sensación de que no es el mejor de los aprovechamientos interiores.
Tanto en la fila delantera como en la trasera el confort está presente, los asientos son cómodos y están bien terminados, con unas formas ergonómicas alejadas de la deportividad pero con el agarre justo para no balancear en curva.
Y volviendo al aprovechamiento relativo de sus proporciones, el maletero declara una capacidad mínima de 358 litros, por debajo de la mayoría del segmento.
Si abatimos los asientos conseguimos una capacidad máxima de 1.026 litros, es probable que no sea tu mejor opción si necesitas habitabilidad.
PRUEBA DINÁMICA
Por fin probamos el nuevo e-Skyactiv X en el compacto de Mazda. Un bloque de 4 cilindros 2.0 con una potencia máxima de 186 caballos a 6.000 rpm y un par de 240 Nm a 4.000 rpm. Por los datos es un motor noble y tranquilo pero con la fuerza necesaria para cualquier aprieto.
Las primeras sensaciones son buenas, con suavidad y silencio a ritmos urbanos, con una caja de cambios manual bien escalonada y con un tacto preciso y efectivo.
Debemos ser considerados y tener en cuenta la naturaleza de su motor, es atmosférico, por lo que no debemos esperar una patada inmediata a bajas vueltas, es un motor con el que hay que hablar y entenderse. La clave es tenerlo siempre por encima de las 3.500 vueltas para poder sentir su potencia.
Su puesto de conducción invita a ello, con un volante perfecto tanto en dimensiones como en tacto y un cuadro de instrumentos que mantiene sus tres esferas y nos fija en una época mejor…
Su uso en ciudad es óptimo gracias a la suavidad de todos los componentes, el consumo se ha mantenido cerca de los 7 litros en el entorno urbano y su maniobrabilidad es correcta.
En carretera abierta es un coche al que poder buscarle las cosquillas pero siempre con una personalidad refinada y elegante. El bramido de su motor entra en el habitáculo para hacernos sentir su potencia y puede llegar a ser adictivo.
También es vehículo digno de viajes por autovía, a velocidad de crucero, su suspensión hace su trabajo tragándose suficientemente bien los baches y estabilizando firmemente el coche. Su consumo puede llegar a bajar de los 6 litros si nos portamos bien.
La asistencia a la conducción mantiene bien el coche en el carril y el sensor de proximidad actúa correctamente, casi sin extraños. Cosa que no ocurre con los sensores de aparcamiento, que puede pegarnos algún susto si nos acercamos mucho a cualquier obstáculo al aparcar.
¿QUÉ NOS HA GUSTADO?
- Diseño elegante y deportivo
- Interiores de calidad
- Consumo
¿QUÉ SE PUEDE MEJORAR?
- Espacio plazas traseras
- Maletero
IMÁGENES DISPONIBLES DEL VEHÍCULO PROBADO
En todo nuestro proceso de prueba, realizamos una serie de galería de imágenes del coche probado para que podéis descargar en vuestro dispositivo, muchas gracias por leernos!
Nuestra valoración
Veredicto Final
Queda claro que la intención principal de Mazda no es hacer un superventas. El camino del Mazda 3 es crear un grupo de enamorados de un coche correcto pero especial. Sus datos ni asustan ni asombran, su motor no es radical y su tecnología no abruma, pero esto se compensa con su diseño exclusivo, su motor intenso y su estilo inconfundible que aúna todas las características de la marca nipona.