Aires Retro con una combinación de conducción y tecnología ganadora
Nueva marca en el garaje de Supermotor, una inglesa que va camino de cumplir los 100 años desde su fundación y que tras refundarse en 1984 no ha parado de crecer y de llegar a un público cada vez más amplio estableciéndose como un referente en varios segmentos entre las marcas europeas.
Hoy recibimos un modelo creado para revolucionar las ventas de la marca, la Trident se presenta como unidad de acceso a la gama Triumph con un diseño muy actual que combina detalles clásicos dentro de un producto modernizado y equipado con mucha tecnología.
La sencillez de sus líneas proponen un conjunto sobrio y lleno de carácter ejemplificado en un faro de formato clásico redondeado de 7 pulgadas con tecnología led para aclararnos el camino en la oscuridad.
Por otra parte contamos con un depósito de 14 litros en forma redondeada clásica y unas gráficas con el logotipo de la marca disponibles tanto en gris como en negro que refuerzan el carácter del modelo.
Como seña de identidad también tenemos un subchasis muy corto que termina con una minimalista trasera y un piloto integrado en sus plásticos inferiores, rojos en la unidad probada, la reducción de longitud en el colín ha hecho decidir a la marca situar la matrícula en un soporte anclado en el eje de la rueda dejando espacio libre en la parte alta de la rueda, puede ser el detalle más controvertido de toda la moto.
Aires retro en una moto que cuenta con modos de conducción, control de tracción y full led; una combinación ganadora para el mercado actual.
PRUEBA EN CIUDAD
805 mm de altura para un asiento bastante estrecho que nos facilita a la mayoría de las tallas llegar sin problema y un peso que no supera los 190 kg en orden de marcha posibilitan una conducción óptima por ciudad.
El motor tricilíndrico de la Trident es muy suave y progresivo a ritmo bajo y no transmite traqueteos molestos ni vibraciones y solo el calor que emana de su motor nos incomoda, sobre todo en parado.
Cabe destacar la altura de la tija, situada de tal manera que permite instalar un manillar plano y corto sin comprometer a nuestra espalda ni a nuestras muñecas, dicho manillar facilita mucho la conducción urbana para ratonear o discurrir por zonas estrechas.
El mullido del asiento es correcto y no notaremos fatiga inmediata.
Los 14 litros de depósito nos permitirán hacer unos 250 km antes de repostar, autonomía más que suficiente para el día a día en la ciudad.
Si queremos domesticar aún más el temperamento de los tres cilindros podremos activar el modo rain que convierte la moto en algo más dócil y predecible teniendo una respuesta más suave y electrónica más intrusiva para que nada falle ante un imprevisto, no olvidemos que integra control de tracción (desconectable), embrague anti-rebote, dos mapas de ABS, dos modos de conducción y acelerador electrónico.
PRUEBA EN CARRETERA
Los tres cilindros de la 660 piden salir a carretera abierta para demostrar de lo que son capaces esos 81 caballos que alcanza a 10.250 revoluciones, buen dato tratándose de un motor progresivo cuya rabia la muestra en un régimen medio-alto, y así es. El sonido evoluciona desde la suavidad y el silbido al estruendo propio de un cuatro cilindros según subimos en el cuentavueltas, es adictivo y nos pide más.
En un trayecto de curvas la Trident es muy noble y permite jugar con ella de manera sencilla gracias a que podemos inclinarla sin pensarlo, se mueve como si pesara 20 kg menos y a la salida de curva damos gas saliendo como un tiro sin sentir que perdemos el control. Cuenta con 6 marchas muy bien escalonadas cuya palanca de cambio tiene un anclaje inverso que nos puede dar problemas a la hora de localizarlo en los primeros kilómetros y que se encuentra algo escondido.
Las estriberas se encuentran en buena posición para un ritmo tranquilo y demasiado relajadas para una conducción deportiva, se quedan a medio camino de manera acertada, no es una moto deportiva pura.
Por autovía contamos con el problema de toda naked, el viento, y no es una excepción en la Trident que nos obligará a no superar los 100 km/h si queremos ir relativamente cómodos, pero olvidando el tema aerodinámico, el motor empuja mucho desde muy abajo facilitando mucho las incorporaciones y los adelantamientos y sus suspensiones tienen un tarado bien ajustado para un uso mixto, quedándose duro para el día a día y demasiado blando para ritmos más altos, pero nada que un usuario medio pueda percibir rápidamente.
En cuanto a la frenada Triumph no ha tenido duda y ha equipado muy bien a la naked con un doble disco delantero de 310 mm y pinza radial de Nissin de doble pistón en la rueda delantera y un disco de 220 mm y pinza monopistón en la trasera, una mordiente sobrada para la pequeña pero divertida Trident.
VIDEO PRUEBA en YouTube
¿QUÉ NOS HA GUSTADO?
- Motor Polivalente
- Tecnología equipada
- Calidad de materiales
- Diseño atractivo
¿QUÉ SE PUEDE MEJORAR?
- Pedales de mayor formato
- Matrícula en el colín
VEREDICTO FINAL
Si Triumph quería abordar y triunfar en el mercado naked de media cilindrada han acertado.
Una propuesta muy llamativa, sin ninguna rival directa y por un precio muy ajustado.
Diseño y tecnología van de la mano en un modelo polivalente que tiene dos caras igual de eficaces: La Trident cómoda y suave para el día a día o la Trident rabiosa que te hace vibrar según subes de vueltas, tu eliges.
IMÁGENES DISPONIBLES DE LA MOTO PROBADA
En todo nuestro proceso de prueba, realizamos una serie de galería de imágenes de la moto probado para que podéis descargar en vuestro dispositivo, muchas gracias por leernos!
Nuestra valoración
